Castillo de Gama

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Castillo de Gama

Esta pequeña fortaleza se levanta sobre la meseta de Recuevas, en las estribaciones de las Tuerces. Su ubicación se adapta perfectamente a la estrechez de su emplazamiento. Precisamente el nombre de Gama viene del topónimo cántabro garma que significa el lugar situado en terreno abrupto, fácil de despeñarse.

En el lienzo Norte, el que se observa desde la villa, está situada la puerta de entrada. Cuenta con un arco de medio punto y nada más cruzarla se encuentran varios escalones para acceder al interior. En la esquina noreste se encuentra la torre del homenaje, de la que no se conserva la fachada sur. Su planta es cuadrada y tiene una altura de dos pisos. El interior del recinto mide 60 metros de largo por un máximo de 9 de ancho, presenta una superficie irregular con grandes rocas y alberga, en el centro (la parte más estrecha), la ermita de Nuestra Señora del Castillo, patrona del lugar.

A finales del siglo XI la villa y su pequeño alfoz pertenecía a Ferrán Roiz, hasta que en 1096 el rey Alfonso VI se lo concede a Nuño Pérez de Lara. Durante el siglo XV perteneció a la Casa de la Vega. En mayo de 1513 pertenecía al conde Osorno Don Pedro Manrique, emparentado con el marqués de Aguilar, con quién mantuvo varios enfrentamientos por la posesión del valle. A esa época hace referencia la coplilla popular:

Castillito de Aguilar,
dime quién te derrotó.
El castillito de Gama,
que pudo más que yo.

Posteriormente, tanto la villa como el castillo, fueron propiedad de la Duquesa de Alba, motivo por el que aparecen sus escudos de armas en el interior de la ermita del castillo. Se trata de un bien protegido por la Ley sobre el Patrimonio Histórico Español.

Castillo de Gama en imágenes