Perazancas de Ojeda

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Perazancas de Ojeda

Se dice que la localidad fue lugar de tribus pastoriles nómadas, guerreros cántabros y romanos. Es tierra de labradores, siendo el producto más valioso y conocido la patata. Toda esta tradición queda recogida en un acogedor Museo Etnográfico que se halla en lo que fueron en su día las escuelas.

Las calles del pueblo incluyen un lavadero recuperado, un arco de entrada al antiguo hospital y una casa blasonada del inquisidor Antonio Bravo.

Pero si algo llama la atención son sus vestigios románicos. La iglesia de la Asunción es un edificio de finales del siglo XII que aún conserva su portada original, con una arquivolta decorada con una orquesta de 16 personajes sustentada por capiteles. En su interior, un ábside semicircular decorado con una sucesión de arcos trilobulados sustentados por capiteles vegetales salvaguardan la pila bautismal. En las afueras del pueblo se levanta la magnífica ermita de San Pelayo.

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